lunes, 31 de agosto de 2009

Caminando Por La Vereda 2 Acto Primero 1

Se levanta el telón. Entra Amalia una asistenta del hotel, la habitación está en penumbras. Celeste duerme con un libro en su regazo, sentada en la cama. Amalia trae la bandeja con el desayuno, la deja en la mesa camilla, se acerca a la señora, saca de un bolsillo de su ropa una cajita. Con sumo cuidado abre un cajón de la mesita de noche, lo guarda y vuelve a cerrarlo cuidados amente. Se sienta de cara a los espectadores, en una de las sillas riñoneras se sirve una taza de café, prueba algún bollo, apura la taza, y con un paño que lleva colgado del delantal la limpia. : esto es café y no lo que el pelagatos de Tomás nos sirve. Se merece que le plantemos cara un día de estos.Yo ayer le dije cuatro cosas. ¡Yo por las malas...!Ya llegará el momento. Cualquier día de éstos me camelo a uno de los viajantes que pasan por aquí y nos vamos mi Ana y yo a Madrid. ¡A comernos el mundo! (mientas se dirige al balcón, la estancia queda iluminada.
CELESTE: ¿dijiste a comer, que hora es Amalia? (despedazándose elegantemente todavía en el lecho, echando los pies al suelo).
AMALIA: son más de las once, ya pasaron las burras de la leche...ya estará al caer el cuarto en e reloj de la iglesia.
CELESTE: de la Catedral Amalia,( mostrando en su corrección a la asistenta, una distante y condescendiente tolerancia)
AMALIA: Y qué más da. Pa mi toas las iglesias son iguales.
(Celeste es una mujer de 39 años, aún queda en ella algo de adolescente, tiene el aspecto de una mujer muy a la moda, con un punto de recato, de niña bien de provincias. Se mueve bien entre las seda y encajes de su camisón y bata, que se pone pausad amente al levantarse; con la naturalidad de quien no ha conocido otra cosa que el lujo y confort desde su cuna. Mira a Amalia como sin verla. Habla con ella como si no le dirigiera la palabra, un diálogo de lo estrictamente imprescindible. De manera intendente. Parece una niña que sola jugara con los personajes de un teatrillo de juguete. Como si todos los que la rodean fueran una proyección momentánea y accidental de sus pensamientos. Pareciendo el teatro de la soledad y el abandono, pese en que en ningún momento aparecerá sola en escena)....continuará.

2 comentarios:

Jose Jaime dijo...

Hola

Cuando te la estrenen me mandas invitaciones, iré aunque tenga que hacer de autoestopista

el teatro es mi mayor afición, antes que el cine,

un abrazo rosado para ti
y por cierto
¡¡Ole!!!!!!!!!!!!

Pharpe dijo...

Espero la continuación, eh? Así que ya estás tardando Uruguayita ;) Besos