Carta a mi madre.(De la hija de Uru)

Querida Mami: tuve que llegar y verte, a veces me costaba creerte cuando me decías por teléfono que estabas tan malita. No te dije nada, pero me quedé muy impresionada. Parece que estaba viendo al abuelo cuando nos dejó. Mami, no te vayas, me dices que ya soy mayor que puedo vivir sin tí. Que tengo que disfrutar de la vida, tener mis hijos, terminar mis estudios. Buscar el trabajo que me guste. Pero sin ti...¿que haré yo sin ti?. Sobrevivir. Me enseñaste desde pequeñita a ser persona honrada, a tener palabra, a devolver bien por mal. Me ayudaste con mi caracter, me eseñaste a querer a papá, que la vida tiene un abanico de colores muy grande, que nada es completamente negro ni blanco, que todos tenemos nuestra verdad, que nadie es completamente bueno, ni rematadamente malo. A lo negativo buscarle la parte positiva. Me ayudabas en los deberes del colegio, me explicabas lo que no entendía, menos las matemáticas que eran del abuelo. Tu y tus letras, me hiciste las redacciones más bonitas del mundo, mis profesores eran tus amigos@s. Me educaste para el mundo, la familia, los amigos. Me enseñaste que ser una señorita no es solo maquillarse ó llevar buenas ropas, es ser bella por dentro. Muchas personas dicen que físicamente cada vez me parezco a tí, menos los ojos que son de papá y el color de la abuela, verdes. Ahora me sigues ayudando económicamente, me animas cuando en el trabajo me van las cosas regular, si tengo problemas con amigos@s ó mi novio, me entiendes me comprendes y me muestras la otra postura, siempre te sabes poner en el lugar de los demás. Por eso mis amistades te quieren y te admiran. Mami...te debo tanto en la vida...todo lo que hiciste desde que nací, primero era yo y luego lo que vieniera. Estando ya muy mal en España, ibas sola a los médicos, para que la abuela y yo no sufrieramos. Cuando hablaste...lo hiciste con tanta naturalidad, que pensé que tenías un resfriado. Mami....te quiero tanto!. Pero no me enseñaste a vivir sin una madre como tu. Siento no haber sido más lista y sospechar que estabas pasando mucho y sola. Mami...le pido al abuelo que haga un milagro, ya no creo en Dios. Mami...haz tu el milagro de vivir, y te prometo que ya no te pediré otro favor. Te quiere, tu bebita.

Ahora salieron Uru y su beba, y encontré esta carta sobre la mesa con una rosa del jardín. Se ve que la leyó. Están caminando, Uru quiere calmar a su hija.

Yo no me resistí a copiarla, me pareció tan hermosa. Y puede servir para que si la lee algún joven, sepa valorar a su mámá ó a cualquier ser querido que esté enfermo. Espero que no se enoje conmigo por ponerla acá, creo que es un ejemplo para los familiares de otros pacientes de cualquier parte del mundo. Realmente por lo que estoy tratando a la joven, Uru hizo un buen trabajo como madre, esa asignastura la lleva aprobada, igual que la de hija y persona.

Autora: La hija de Uru. Escrito por Gisela.