Nunca voy a perdonar al Checho, lo juro ojala que se muera como un perro atropellado en la calle, lo que me hizo, fue feo, fue sucio, yo no quería que fuera así, me dolió…y todavía me duele…
Yo le había dicho a mi mejor amiga la Pilar, que el Checho el washon del caracol, tenía un nombre escrito en la espalda, y ese nombre era el mío, no me importaba la diferencia de edad, si apenas se le notaban sus 33, además que 17 años no son tanto, mejor, así me trataría como reina, hasta los viernes en la tarde me mandaba una bebida con el cabro de la fuente de soda del primer piso, me daban puras ganas de cerrar luego el negocio para ir a verlo. Igual la pega en la tienda era por poco tiempo, mientras duraban las vacaciones de verano no más, porque había que volver al colegio, y cuarto medio es difícil habían dicho los chiquillos que salieron en diciembre, pero por mientras, lo único que me importaba era descubrir como daba los besitos el Chechito, si tenía la lengua suavecita, si me iban a dar calambres en la guata cuando me abrazara….pasaba todo el día pensando en él, hasta escribí su nombre en la tapa de las boletas.
Casi todo ese verano me quede a dormir donde la Pili porque me quedaba cerca el caracol, y además me cargaba llegar a mi casa, la mujer de mi papi siempre estaba curada, vieja cochina, la ultima que había agarrado era inventar que le habían robado la chauchera con toda la plata, como si nadie cachara que se la tomaba, rancia y mentirosa, mi casa nunca volvió a ser casa desde que se fue mi mami, aunque con mi papá sin trabajo, por casi 5 años yo también me hubiera ido que rato… eso si con mis hijos.
Una semana antes de que se acabaran las vacaciones, el Checho me invitó a a almorzar con él en su tienda, me dijo “traiga su vianda “, le sonó medio chulo, pero en ese momento ni me importó, y me miró con esos ojos lánguidos como de trasnochado, me apuré en cerrar a la hora de almuerzo, y me fui donde él, que ya había apagado las luces y puesto el letrero del “Salí a colación”, apenas entré le pasó llave a la puerta, dijo que era para que nos dejaran comer tranquilos, así que le hice caso y me empecé a comer mis tallarines con salsa, todo el rato el Checho me miraba y me decía “no parecís de 16”, te veís mas grande”, yo estaba más nerviosa, lo único que hice todo el tiempo fue comer y comer mi comida, y él me miraba y me miraba , no sacó nada para comer, y me seguía diciendo esas cuestiones de que era bonita, y blanquita como que me quería engrupir y no se atrevía, hasta que me dijo que le gustaban las lolitas de boquita roja, ahí me acorde que no tenia servilleta y sentí que tenía toda la boca chorreada con salsa de tomates, me estaba parando para ir a limpiarme al baño cuando me agarró del brazo y me dio un beso , que me chupó toda la salsa, al principio como que me gustó, pero después cuando me empezó a “puntear” contra la vitrina de las poleras, me dolió un poco y me avergonzó que nos viera alguien de afuera, me cargó que fuera tan brusco, así que le dije que ya mejor me iba a abrir mi negocio, pero me seguía apretando, y pasándome la lengua por la oreja, que me daba como asco porque todavía tenía olor a tallarines.
Me costó zafarme del Checho, me salvó el cabro de la fuente de soda que llego a golpearle la puerta para cobrarle unas bebidas, yo creo que eran las mías, esas que me mandaba para hacerse el lindo conmigo.
El verano ya casi se había terminado y me faltaba sólo una semana para terminar la pega, igual ya me estaba empezando a aburrir, además que como que ya no me gustaba tanto mi vecino del caracol, por más que la Pilar me decía que estaba rico el viejito, yo lo miraba y me acordaba de su lengua babosa en mi oreja, y de lo mucho que me había costado sacarme el olor a salsa de tomates del cuello, mas encima la vecina del negocio de la ropa de guagua, la del 303, me había dicho que no me juntara mucho con el Checho porque tenía remala fama, dijo que venía del sur y que no tenía familia, pero que siempre andaba detrás de las escolares, y les ofrecía cosas del negocio en el que trabajaba ,incluso una vez un tipo le había venido a ofrecer combos por andar hostigando a su hija, como que me empezó a cargar y mas desde ayer que lo vi muy amigo con la Pili, yo no sé como lo dejaba que la abrazara con tanta confianza, y se reía como si fuera intima amiga de él.
La mamá de la Pili me había dicho que todavía no encontraba alguien para que me reemplazara en la tienda, y me ofreció un bono extra si me quedaba una semana más, le dije que lo iba a pensar, por ahora lo único que me importaba era que me habían pagado mi sueldito y estaba lista para pagar la cuota de la gira de estudio de mi curso, la Pili estaba en el negocio del Checho con la puerta cerrada , así que me fui a mi casa a dormir, no quería saber nada de lo que estaban haciendo encerrados ahí, me la imaginaba arriba de él con la boca toda llena de salsa, y me daba un poco de asco, igual no sé cómo me pudo gustar tanto, si ahora me daba sarna tenerlo cerca.
Esa noche en la casa de mi papá se me perdió mi sueldo, yo misma lo puse en un sobrecito rosado y lo guardé en mi mochila antes de acostarme. En la mañana cuando quise sacar plata para comprarme un berlín ya no estaba mi plata, busqué por toda mi pieza, busqué y busqué como loca, hasta que fui al comedor y vi que la “señora” estaba durmiendo encima del piano de mi mami, ese que heredó de mi abuelita y que cuidaba tanto, tanto para que después llegara una loca a dormir la mona sobre el…en el suelo habían botellas de whisky, de ese caro de caja negra, esa vieja ladrona me había sacado mi platita, si ella no tenía de donde sacar, me la sacó, me la sacó para tomársela, por culpa de esa borracha asquerosa yo me iba a quedar sin gira de estudio, y ni por más que llore y la zamarreé logré despertarla, lo que más pena me dio fue que mi papi la defendió y me cacheteó por su culpa, si esta “enferma”, “hay que ayudarla”,¿y a mí quién me ayudaba a pagar mis cosas del colegio?, y pensar que todas mis vacaciones trabajando fueron para nada, todo por culpa de mi papá que era un débil, y de mi mami por dejarme huacha.
No me quedó otra opción, tuve que decirle a la mamá de la Pili que iba a trabajar una semana más, mientras encontraba una vendedora, lo único bueno era que me iba a pagar extra porque era la última semana antes de entrar a clases y apenas iba a tener tiempo para comprarme mis cosas. A mi casa no pensaba volver, menos con esa vieja rancia roba sueldos, menos con mi papi que no me defendió, prefería quedarme con la Pili, aunque se haya agarrado al Checho, no sé cómo no le daba vergüenza contarme a mí, si yo le había dicho que era mío, mala amiga también, aunque ni tan mala porque después de lo que pasó con el Checho en su tienda no quería ni sentirle el olor a colonia.
Si la última semana había sido larga, esta fue peor, hizo más calor que nunca, no vendí casi nada, claro, ¿quién compra trajes de baño una semana antes de empezar las clases?, nadie!, todos andan buscando los uniformes para el colegio, y ese cochino del Checho que se paseaba con la Pili , y me hacía Si la última semana había sido larga, esta fue peor, hizo más calor que nunca, no vendí casi nada, claro, ¿quién compra trajes de baño una semana antes de empezar las clases?, nadie!, todos andan buscando los uniformes para el colegio, y ese cochino del Checho que se paseaba con la Pili , y me hacía así querían una sóla cosa de una no más, sobre todo esos tipos viejos que andaban detrás de las niñas, que tenía que ser señorita, como su hija que se portaba tan bien, me dio más rabia, ella nada que se imaginaba lo que hacía su hija cuando me venía a acompañar en la tienda, se lo llevaba encerrándose con el Checho en su tienda, y yo los veía, y sabía lo que hacían porque él cerraba la puerta con llave y ponía el letrero del “salí a colación”, y la Pili llegaba con la cara bien roja y un poco sudada, lo que más me cargaba era ese olor baboso que le quedaba pegado; ese que me costó tanto sacarme.
Cuando por fin terminó la semana, la mamá de la Pili me pagó bastante bien los últimos días trabajados, estaba contenta, mas encima entraba a clases, que mejor, lo único que me daba mucha lata era tener que volver a la casa de mi papá, hacía una semana, y ni siquiera me había llamado por teléfono para saber de mí, si todavía estaba enojada, o si estaba bien, nada ni una sola palabra, nada, y yo lo único que quería era sentir que estaba conmigo.
Me pareció raro que la mamá de la Pilar nos hiciera ir a buscar mercadería al caracol el domingo en la tarde, si estaba todo cerrado, pero dijo la Pili que era el último favor que me iba a pedir, que estaba todo embalado, que era ir y venir rapidito, según la Pili, nos dejó las llaves y todo, así que fuimos, estaba todo cerrado y con las luces de las tiendas apagadas, me dio cosa porque nuestras voces hacían eco en el silencio que había. En la tienda no había nada embalado, como había dicho la Pilar, así que me puse a guardar rápido para poder volver a la casa, al otro día era lunes y entraba a clases, no quería ir muy cansada.
Debo haber estado muy apurada guardando los trajes de baño, porque no me dí cuenta cuando la Pilar salió, sólo cuando el Checho le pasó llave al cerrar, “se iba a ir sin hacerle una despedida”, me dijo y me empezó a doler la guata, porque ahora sí que no tenía ninguna excusa para arrancarme de él, ni siquiera pude hablar porque de una me agarró y me afirmó bien pegada, yo lo sentía como me apretaba, y me sobaba y me sobaba, y yo quería llorar, y que me soltara, yo no quería, por algo ya ni le hablaba, si desde el día del beso ya no quería nada con él.
El Checho me hizo acostarme en el suelo y me subió la polera con sostén y todo, me pasaba su mano áspera por los pechos, y me decía que era tan blanquita que lo hacía poner duro, estaba muerta de miedo, yo no quería eso, cuando me quise salir, me apretó más fuerte, me subió la falda y me hizo el calzón a un lado, lo que vino después me dolió, me dolió, y me dolió, y creo que se dio cuenta porque me lo sacó, y terminó masturbándose hasta llegar sobre mi estómago.
Mientras me arreglaba mi ropa el Checho me dijo ”ojala que le haya gustado la despedida”, ahí me puse a llorar y le pedí que me pasara las llaves para salir, ahí se descompuso y abrió la puerta, cuando ya había salido miré para atrás, estaba en la puerta mirándome, y me dijo bien fuerte “ni siquiera erai virgen”, entonces además de pena me dio rabia, con él y con la Pilar por mala amiga, yo nunca siquiera había visto un pene, menos así como estaba el del Checho, nunca.
Cuando llegué a la casa de mi papá, el mismo me abrió la puerta y parece que hubiera sentido la pena que traía yo, porque me abrazó como cuando era chica, de puros nervios me había llegado hasta la regla, se quedó al lado mío hasta que me terminé de tomar el tecito con canela que me sirvió, y cuando me paré para ir al baño me tomó la mano y puso en ella mi sobre rosado con mi plata, mi sueldo que me había costado tanto, mis vacaciones, mi virginidad…
La señora ya no estaba se había ido el mismo día que se tomó parte de mi sueldo, después de que salí yo, y despertó de su borrachera, después de que don Pepe de la botillería le pasó a mi papá el sobre que dejó ella cuando compró los whiskys, como la vio tan curada, prefirió llevarle el vuelto a la casa, que bueno que le tocó a mi papá abrir la puerta, y darse cuenta de que yo le decía la verdad, y que yo era su hija, su sangre y que nunca le haría algo así, y lo único que teníamos éramos nosotros.
Me dí una ducha muy larga, para sacarme al Checho para siempre, para sacarme su olor y la cochinada que me hizo, ojala que se pudra y se muera, por abusador y malo; de la Pilar nunca más quiero saber nada, mejor para ella que se cambió de colegio, hubiera sido muy penca estar con ella en el mismo curso después de la mariconada que me hizo, del Checho nunca más pienso ir siquiera al caracol, no quiero estar cerca de él, no quiero saber nada de él, sólo que se murió.
No le pienso contar nada a mi papá, quiero sólo cosas buenas para nosotros, quiero estar bien, quiero ir a la escuela, y esto me lo voy a saber sacar del organismo, nunca pasó, nunca, nunca, nunca, aunque en las noches cuando me acuesto, antes de quedarme dormida me acuerdo de lo que me hizo el viejo cochino del Checho ,de cómo me lo hizo, de su lengua asquerosa en mi oreja, de la salsa de tomates y pienso que todo partió con ese beso y mi boquita roja.
A mi me parece una gran historia...puede que sea real...puede que sea inventada para escribirla...
¿Qué les parece a usteses?
Gracias Rimes por regalarme tus escritos, los acepto con el mismo cariño que me los mandas.Un fuerte abrazo para la autora y para todos ustedes. Uru
10 comentarios:
hermoso leer tu blogg te dejo un saluditooo...
Buenos días..
Luego paso a leerte, no me da tiempo ahora.. un gran besote para que tengas un lindo día..
Precioso mi niña y muy duro ¡durísimo! Una experiencia cruel. TQM
Un beso enoooooooorme y abrazos llenos de cariños
Hola mi preciosa :) ayer no he podido llegarme :(
Triste historia, dolorosa, ojalá ninguna niña/adolescente deba pasar por ello.
Veo la cajita medio vacía, te dejo los abracitos, los besos :)
Una historia fuerte, impecablemente contada. Me atrapó desde el principìo!
Gracias.
Un abrazo enorme.
Buenas tardes princesa,que tal estas hoy? un besito
¡Hola amiga! precioso cuento el de Rimes ¡mis felicitaciones para ella! hay muchos Chechos por el mundo jugando con los sentimientos de jovencitas cándidas.
Cuídate guapísima
Muchos besos
¡Hola Uru!.
Una historia triste de verdad.
Quería dejarte mis felicitaciones por el día del blog. Discúlpame que no haya podido decírtelo antes.
Cuídate mucho, mi querida Uru.
¡Miles de besotes!.
Tqm.
Buenos días mi niña..
Llevo dos días muy liada y casi no he venido a verte.. Leí tu escrito y me pareció triste y crudo..
Ahora ya me voy a trabajar, espero que tengas un buen día.. Un ramo grandote de besos y abrazos.
URU, estamos contigo, ¡somos muchísimos los que te esperamos mi preciosa!, te acompañamos en oración y buenas energías, un abrazo que cruza el mar entero para ti, lucha, ¡lucha contra esos extraterrestres!, te quiero millones linda y te extraño mucho.
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