El padre trabajaba en la mina.
La madre trabajaba por las casas.
El chico andaba por la calle
aprendiendo buena conducta.
Al filo de la noche los tres juntos
alrededor del jarro de la sopa,
que más parecía al filo de la navaja.
El padre en su legítimo derecho,
tomaba para si la mejor parte.
La madre daba al chico de lo suyo.
El chico lo sorbía y terminaba,
pidiendo cocolate ó manzana.
El padre le daba cuatro gritos,
siempre bebía más de la cuenta,
luego echaba pestes del gobierno...
y se acostaba con las botas.
El chico se dormía sobre el codo
la madre lo acostaba a pescozones
y luego abría el grifo y renegaba,
"qué vida Dios!", fregando cacharros...
Y luego echaba pestes del marido,
y luego le lavaba la camisa,
y luego se acostaba como es justo.
Al amanecer siguiente
el padre bajaba a los pozos,
la madre subía a las casas,
el chico salía a las calles...
Etc, Etc, Etc....
5 comentarios:
Que tristeza de vida, pero por desgracia lo que relatas es bastante habitual aún en el siglo XXI.
Gracias Uru, por tí conseguí dejarle un comentario a JJ, que joio es con los blogs, con lo facil que es dejarlo todo como lo pone Blogger, ja,ja,ja...enfín no sería él( me encanta chismorrear de él a sus espaldas,jijijiji).
Un abrazo
Lo has relatado de primera, no has dejado ningún detalle.
He visto toda su vida, la de esta familia, como si hubiera visto una escena.
Abrazo
La dura realidad contada de manera magistral.
Un abrazo enorme
Que triste querida amiga pero es la realidad...muy dura y la has plasmado muy bien cielo, que no te preocupes cielo que estamos bien, tu solo preocupate por tu salud y mimate mucho, te mando ese abrazo en la distancia muy cariñoso y con sabor navideño, Feliz Navidad te quiero muchoooo....
La realidad amiga lo de todos los días la tristeza,que relato bueno has hecho de algo tan pero tan real y tan triste,gracias porque también hay que compartir este tipo de cosas ,cariños.
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